jueves, 23 de enero de 2014

LA ESENCIA DE UNA SONRISA

¿Quieres saber como funciona Mechones Solidarios?

Cada paso es vital para poder conseguir un resultado inmejorable. Este video muestra paso a paso la esencia de cada una de las sonrisas que fabricamos.


viernes, 17 de enero de 2014

LA PRIMERA SONRISA

LA PRIMERA SONRISA


La primera peluca solidaria fue entregada a una chica de tan solo 21 años. Era una chica muy fuerte que llevaba ya 5 años luchando contra esta horrible enfermedad.

Ella siempre había tenido un precioso pelo largo y castaño, y su principal preocupación era conservarlo. Lo consiguió durante unos años pero ya no fue posible alargarlo más; había llegado el peor momento. Todas las mujeres que acuden a nosotros coinciden en lo mismo, el peor momento en esta difícil lucha no es cuando te dicen que tienes la enfermedad, ni cuando te dan el primer tratamiento de quimioterapia. El peor momento es cuando se te cae el pelo. La caída del pelo supone una perdida de identidad y una dosis de realidad extrema. Esta chica nos contaba que cuando se le empezó a caer el pelo se sintió extremadamente deprimida porque cuando se miraba al espejo no conseguía encontrarse a sí misma, y lo que es aún peor, la gente tampoco lo haría. Es el momento en que el problema se hace real, porque ya no puedes esconderlo. Quieras o no todos toman conciencia de tu enfermedad, todos preguntan, hablan, cuchichean y sienten pena por ti, y eso es muy duro.

Es en esta fase cuando esta joven acudió a nosotros. Esta chica tenía la gran suerte de tener una familia humilde que la apoya muchísimo. La acompañaron en cada momento para que no se sintiera sola en esta situación e hicieron una colecta entre todos para que pudiera recobrar su identidad.
No fue tarea fácil crear esta primera peluca. Ella necesitaba tener de nuevo su pelo y esto suponía la creación de una peluca con pelo muy largo, para que fuera lo más parecida al pelo original. Y lo conseguimos. Uno de los peores momentos fue al pasar la maquinilla, que es un paso necesario para colocar la peluca. Siempre intentamos no colocarlas frente al espejo para que no tengan que verse así de una forma tan repentina.

El resultado fue espectacular, ella estaba muy contenta porque al fin podía mirarse al espejo y volver a sonreír. No podía parar de hacerlo.

 No os podéis imaginar la felicidad que puede hacernos sentir una sonrisa como esta. Es una felicidad que no se puede pagar y que no se puede encontrar en cualquier lugar. Es algo a lo que nos estamos acostumbrando y que no podemos dejar de hacer:  

FABRICAR SONRISAS