Mechones Solidarios nace del sueño de Nidia, la madre de Estela Guerisoli. Nidia tenía una fábrica de pelucas en Argentina y es por eso que Estela se ha criado entre mechones y telares.
Al
poco tiempo de llegar a España, se le diagnosticó un cáncer de mama contra el
que luchó durante 7 años. Ella misma fabricó su preciosa peluca que lucía
orgullosa por los pasillos de la planta de quimioterapia del hospital, pero le
daba mucha pena que las demás mujeres no pudieran estar tan guapas como ella,
ya que todas se asombraban de la belleza de su pelo y se sorprendían de que
ella no lo hubiera perdido. A lo que Nidia siempre respondía: ¡Pero si yo soy
la más calva de aquí! Y se levantaba la peluca. Las demás enfermas no daban
crédito a lo que veían pero todas coincidían en lo costosas e inaccesibles que
eran para ellas. Nidia no paraba de repetirle a Estela que había que hacer algo
para ayudar a estas mujeres, pero Estela estaba centrada en la recuperación de su madre y no le hizo mucho caso.
Unos
año más tarde la enfermedad se llevó a Nidia y un día, Gabriela (la chica de la
foto anterior) se acercó a la peluquería de Estela con el propósito de hacerse
un cambio radical y cortarse su larguísimo pelo. Estela le preguntó, ¿qué harás
con el pelo? Y Gabriela, tras reflexionar un poco le contestó: te lo voy a
donar, para que hagas algo bonito para alguien que lo necesite. Así fue como
Estela recordó el sueño de su madre y en ese justo momento nació Mechones Solidarios.